Testimonio de Juan

Feliz y emocionado de volver a estar a sus pies. He estado con casi todas las dóminas de Barcelona y Mistress Venus es sin duda la mejor de todas.

Físicamente es una mujer para partirse el cuello de mirarla, despampanante de cabeza a pies, cruel y autoritaria, pero también cercana y sabe compensar el dolor y el sufrimiento que infringe con sus caricias. 

No soy un sumiso masoquista, pero cuando ella tortura mis pezones y azota mi culo me hace perder el sentido, en su justa medida duele, pero como no aguantar por esa preciosa sonrisa y por complacerla.

Esperando siempre recibir su saliva en mi boca, y las hostias que me da porque me quejo demasiado, por no ser agradecido o bien porque le da la gana. Saboreo sus rituales de contar porque son bien compensados con adorarla luego.

Su fascinante mirada felina, siempre atenta a cada uno de mis gestos y movimientos, cuando permanezco arrodillado a sus pies besando y lamiendo sus interminables botas y tacones.

Y adoro pasear de su correa como un perro, bien pegado a su culo como ella me ordena, para cuando se detiene inesperadamente no puedo evitar chocarme, y que placer que aplaste su adorable culo en mi cara.

Como su exquisito facesitting hasta dejarme sin aliento, y cuando protesto y muevo mi cabeza buscando un poco de oxígeno, se levanta unos segundos para propinarme otra hostia, ordenarme que no me mueva y de nuevo me aplasta con su cuerpo.

Ese olor a fémina superior que desprende me hace perder el norte, alguna vez me he permitido sacar la lengua de la boca pero la reprimenda a continuación me espera. Para finalizar la sesión, mi ama sabe que me gusta recibir su preciada lluvia dorada por todo mi cuerpo, mientras espero impaciente su orden de poder masturbarme como un mono, mientras admiro tan preciadas vistas de su sexo,  y me marca con su champagne.

Ya me veo ahorrando para volver pronto a tributarla y adorarla como se merece.

sumiso Juan

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