Testimonio de mi Corderito

Decidí viajar a Barcelona y recorrer 1000 km para conocer a mi nueva Ama.

18 días impaciente y deseoso por postrarme a sus pies.

Necesitaba volver a la seguridad de quien conoce su sitio.

Tuve una sensación onírica e irreal cuando la vi por primera vez, bellísima, resplandeciente, llena de luz y de vida. Solo pude relajarme y no pensar en la inmensa fortuna que estaba teniendo, no deseaba pensar en nada, es más, no podía pensar, solo contemplar aquella Dómina Venus moderna de increíble feminidad, pero con los atributos masculinos para doblegarme. 

Estudiaba con la mirada aquella sofisticada y bellísima mujer pero a la vez fuerte, la encarnación del deseo.

Procuraba que no se me notase como radiografiaba todo en ella, sus manos, sus gestos, sin poder dejar de pensar como hacía honor a su nombre, Venus… sabiendo desde ese momento que me subyugaba de tal modo que enloquecería si no podía ser sometido por ella.

Después de desnudarme fui conducido a una jaula de perro y ahí tuve contacto por primera vez con sus manos que me acariciaron a través de los barrotes y aunque apenas podía hablar de la emoción, sentí como todo mi ser deseaba entregarse a ella, el mundo había desaparecido. Su figura era arrogante y altiva, subida a sus altísimas botas de charol y tacón de aguja, una sublime, regia y bellísima diosa Dominatrix, inalcanzable y sabedora de su poder, me puso mi collar de perro y me paseo como tal…yo apenas podía contenerme pues deseaba llorar de la alegría de sentirme poseído y ella parecía muy complacida de su nueva mascota a la que sujetaba por su correa y daba órdenes.

Mientras recibes la aprobación de tu dueña,  mientras intuyes su sonrisa por verte humillado a sus pies, tu cerebro se abandona pues sabes que has nacido para ella y sientes una paz absoluta, estás seguro y cálido y tu cuerpo parece no pertenecerte ya.

Adicto a mi Ama Venus. 

Sumiso Corderito

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