Testimonio sumiso Alfredo

Mistress Venus, una estrella con nombre de planeta.

Hasta lograr estar a los pies de Mistress Venus pasó mucho tiempo, más de lo que me hubiera gustado. Todo se remite a mucho antes de la dichosa pandemia. No se unían los astros para lograr el encuentro, avatares de nuestras vidas. No solo por la distancia, que la distancia no es un obstáculo, más bien por las circunstancias. Siempre intuía que detrás de Mistress Venus había algo maravilloso, no solo por algo tan bonito como llamarse Venus, lo que también la envolvía en misterio.  Me sentía feliz en nuestras conversaciones, su trato, sus formas, su naturalidad, todo innato, nunca buscado, ni precedido de un guion establecido como muchas veces nos ocurre a los sumisos en el previo de una sesión BDSM. La belleza de Mistress Venus la viene dada. Su atractivo y su personalidad es evidente, por eso ahora pretendo ir un paso más allá en este comentario, transformado en entradilla de lo que estará por venir. Ahora no busquéis morbo. Eso formará parte de un puñado de privilegiados que un buen día Mistress Venus los elija para estar donde el que escribe todavía flota en la constelación de lo dibujado en una lluviosa tarde barcelonesa de Otoño de 2023.

Porque Mistress Venus siempre cuida y presta atención a lo humano, a lo cercano, no olvida un instante que los sumisos somos personas, incluidas las debilidades y la vida personal, no asunto baladí.

La parte más personal la tiene. Nuestra protagonista, o sea Mistress Venus, por lo que la hace muy diferente a lo que antes se haya vivido. Unas veces hablando de sado, y otras, hablando de cualquier tema, siempre con respeto y con sinceridad. No puede/debe ser de otra forma ante una Diosa.

Después de años, estuvo a punto de truncarse nuestro encuentro, más bien el sueño perseguido, intensas lluvias, (de agua) contratiempos, fallos ferroviarios, los astros no se alineaban a nuestro favor, pero el querer es poder: Mistress Venus no merecía demorarse un minuto más después de pasar tantas hojas de calendario: su paciencia, confianza y saber estar siempre, merecía todo, fuera de los roles.

La magia fluyó desde el primer momento, su belleza natural, con una personalidad definida y bien marcada, ahora de forma presencial, porque siempre existió en esas conversaciones que solo acrecentaban a una gran Mistress, pero sobre todo a una gran mujer. Una sensualidad no buscada.

 Mistress Venus posee todo. Lo ocurrido en nuestro maravilloso momento, corto en nuestras mentes, en nuestros fetiches, lo contaré brevemente en unos renglones más abajo, obviando lo más íntimo, la intimidad forma parte de lo creado entre dos personas, sado en este caso, llamado vainilla en casos denominados convencionales.  Lo que sí tengo claro y lo certifico para siempre, pase lo que tenga que pasar, en este preciso instante lo vuelvo a decir para que pase a la historia de este maravilloso planeta creado por Venus, desgraciadamente todavía no comprendido por los que desconocen el planeta bedesemero:  Mistress es verdaderamente una estrella con nombre de planeta. Los sueños, si se pueden cumplir. Palabra. El sueño de Mistress Venus, el tuyo.

Mistress Venus, a sus pies ahora y siempre,

Llevo varios días queriendo escribir el testimonio del encuentro con Mistress Venus. No ha sido sencillo. Recordar lo vivido me hacía excitarme, me faltaba concentración.  Me tiene atrapado psicológicamente desde hace una semana que estuve postrado a sus pies. La orden de Mistress Venus clara y sencilla: “escribe con el dispositivo de castidad colocado”: Dicho lo cuál, en esta situación me encuentro.  Cualquier sumiso conoce como estoy y como me siento. ¿Acaso no es maravilloso cumplir una orden de la Mistress? Voy a intentar explicarlo lo mejor posible, dentro de como me encuentro.   

Mistress Venus realiza el verdadero BDSM, ese que por las nuevas tendencias se está esfumando, me refiero exclusivamente al sado y fetichismo, me gusta hablar las cosas por su nombre. Como no puedo esconder que Mistress Venus es una mujer explosiva. Una Dominatrix en toda la extensión de la palabra. Dulce, severa, fetichista, dura, exigente, complaciente, pura, seria y que derrocha dominación a cada paso. Mistress Venus lo une todo. No apta para pajilleros, equivocados y personas que no quieran escuchar de qué va esto. Aparte de su natural tendencia dominante, que la lleva dentro, tiene el don de la naturalidad, la discreción y de una clase infinita . Sabe tranquilizarte, llevarte y ser la mujer más dulce de la ciudad de Barcelona, incluso olvidarte de tener enfrente a una de las mejores Mistress que he conocido en años de estar en el ambiente BDSM como sumiso.

Cabe decir, que me hubiera pasado toda la tarde besando y lamiendo sus interminables botas rojas por encima del muslo y con fino tacón de aguja.  Pasear detrás de tu Diosa como una perra y que me hizo ser de su propiedad desde el primer instante. No solo por el físico, lo digo por la mente. La excitación creció cuando me puso el cinturón de castidad y cerró el candado.  Una vergüenza máxima, un dolor intenso pero un éxtasis total de placer. Viendo mi estado no le quedó más remedio que darme dos bofetadas en la cara para recordarme que estar con ella no es mi placer, es el complacer el deseo de Mistress Venus en cada minuto que estás a sus pies. La saliva de Mistress Venus no cesaba en mi humillación por lo que debía aplicar dolor para equilibrar mi estado, reconozco que fui un blando, pero les aseguro que eran muchas emociones encontradas.

Mistress Venus es poseedora de la inteligencia, no marca  ningún guión, sabe llevarte donde ella desea y sin desvelar ningún secreto, tiene la intuición de sacar los deseos y la perversidad que el sumiso lleva dentro. 

Sus dedos pronto se perdieron en mi ano, grité de puro deseo, nunca había tenido una sensación tan intensa, muy fuerte, prefiero dejar volar la imaginación y que cada uno piense lo que quiera. Algo único.  Pronto supo descubrir cada parte íntima ¿Acabará Mistress Venus usando sus armas más potentes para entregarme a la humillación más extrema que deseamos?

No era amante de la lluvia dorada, sentía cierto rechazo. Escasa experiencia poco grata. Todo cambió con Mistress Venus.  El final de la sesión siendo marcado por su líquido dorado ha sido el éxtasis a un momento sublime, corto pero muy intenso.  Difícil poder describirlo. Mistress Venus sabe hacerlo y que el sumiso goce.  Una elegante humillación, un estilo propio destilando elegancia. ¿Lo volverá a hacer Mistress?

La visita a Barcelona mereció la pena-. Actualmente no conozco una Mistress como ella, le nace lo que siente, lo transmite y está alejada de sesiones mecánicas que tanto nos hacen huir a los sumisos. Poco importó que una avería eléctrica en la línea ferroviaria que une Madrid con Barcelona me tuviera horas esperando el regreso a casa. Las marcas de las muñecas era el mejor recuerdo de las esposas que me había puesto mi Mistress, ojalá siguiera con ellas bien prietas pensaba yo mientras unos pintores y dibujantes de los asientos de al lado hablaban de exposiciones y ensayos. Una de las mejores obras de mi vida estaba hecha.   

Mistress Venus sigue en mí, tengo claro que quiero y deseo ser suyo en breve, esto es un viaje sin retorno. Gracias por todo. Inolvidable. Mágico.

A sus pies quedo, su sumiso Alfredo.

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