Testimonio con mi Ama y su Putita Sumisa

Llegó el dia más esperado después de 1 mes sin estar bajo la autoridad de Mi Ama y Señora Venus. Los días de las fiestas navideñas habían sido una ausencia prolongada, sin ver a mi Dómina, y saborear su autoridad de una Fémina superior.

Me exigió la máxima puntualidad acordada lo que sucedió a rajatabla pues me gusta ser puntual ante Mi Dueña.

Al abrir la puerta de la mazmorra caí a sus pies besando primero su mano dando muestras no sólo de mi alegria sino de sumisión ante la Fémina que me domina. SU belleza fetichista la adornaba con un vestido de malla blanca que dejaba entreveer sus piernas y nalgas inacabables y unas botas blancas fetish.

No habíamos iniciado casi el ritual de cada sesión cuando sonó el timbre y mi sorpresa fue que a la sesión se añadieron dos personas más.

La sorpresa de Mi Ama era que quería obsequiarme con una sesión BDSM con “su putita sumisa” mientras un hombre, llamémosle X, hacía de mirón de la sesión BDSM con Mi Señora.

El ritual se inició como cada vez con la oración de entrega del tributo donde el dinero se diposita en una bandeja colgada del cuello estabilizada con dos pinzas metálicas en los pezones de las que aprietan dolorosamente. Dentro de la bandeja deposité los 300 euros del tributo. Los dos invitados sentados cerca de la escena veian atónitos como rezé la oración arrodillado delante del Ama sentada en su sillón.

Cada error que cometí era corregido por varias ostias que enrojecían mi cara y insultos por mi condición de inútil. Mi Ama Venus quería exhibirme delante de los invitados y no toleraba aquellos desaciertos.

Acabada la oración, arrodillado pero erguido, Dómina Venus quitó las pinzas y se dedicó a torturar los pezones retorciéndolos, mientras presumia de su Poder delante de los invitados, que observaban como me retorcia por el dolor que causaban los embistes del Ama en mi pecho mientras escupia una y otra vez en mi boca llamandome “Mi Puta“. era humillante como Mi Ama Venus y sus invitados iban comentando cada tortura tranquilamente mientras mi sufrimiento iba “in crescendo“.

Acabando de ensalzar mi condición de sumiso ejemplar, Mi Ama inició uno de los castigos a los que le tengo más terror: el bastinado de pies:

En el potro de golpe sentí a Mi Mistress meter un plug en mi culo e invitar a su Sumisa a empezar a perforar mi ano con los dedos y finalmente Mi Señora metió su enorme strapon en mi boca mientras invitaba a su sumisa a encularme por detrás. La escena celestial era de dos bellas damas poseyéndome por delante y atrás, perforando mis orificios, insultándome y golpeando mi cara y nalgas mientras oía “eres una zorra guarra” y “aprende a chupar pollas“.

La putita Sumisa se envalentonó reventando mi ano, golpeando mi culo y insultándome a gusto mientras sus manos asían fuerte mis pezones, ya doloridos, para empitonarme mejor y mis huevos llenos de 25 pinzas se movían al unísono.

El mirón X asentia con su cabeza el poderio de Mi Mistress sobre mi cuerpo y alma. Observó una escena real de D/s como quería en toda su grandeza. Mi Ama se sentía poderosa dirigiendo la sesión y yo mostrando mis dotes de obediencia y sumisión como un pelele.

La sesión culminó con tres escenas para que dejaron boquiabiertos a los invitados:

  • una adoración de pies del Ama que duró más de 20 minutos. Mientras engullía cada pie y relamía cada dedo con la lengua delicadamente para llevar al éxtasis a Mi Dueña, está compartía con sus invitados su pasión por la adoración de pies que servidor hacía y apreciaba mi delicadeza en esa adoración inigualable. Me puedo pasar una hora adorando sus bellísimos pies con una manicura perfecta.
  • Mi mano acercó una enorme copa a la Flor Divina para recoger la meada de mi Señora que llenó el recipiente con su dorado Elixir de Diosa. Los invitados vieron como tragué saboreando todo el orín mientras Mi Mistress alardeaba que siempre habría una boca de esclavo sedienta por beber su Destilado orín. Es una droga de enamoramiento.
  • Un face-sitting de mi Dueña acabó en un largo orgasmo por mi parte, mientras volvía a torturar mis pezones y luego con su mano metió todo mi semen en mi boca porque no le gusta ensuciar el suelo y prefiere que cada esclavo se lleve sus fluidos mezclados con el orín de Diosa en las entrañas del esclavo bien alimentado.

A la noche agradecí a Mi Dueña esa sesión celestial que recibí. Inolvidable. Enamorado de Mi Mistress y loco por adorarla en pocas semanas, No puedo vivir sin Ella. Soy su propiedad.

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