Me gustaría contaros la primera experiencia que he tenido en el mundo del bdsm. Ha tenido lugar esta semana gracias a la maravillosa Dómina Venus.
Soy un sumiso maduro, de cincuenta y tantos, que llevaba tiempo imaginando la posibilidad de una sesión real con una auténtica Ama.
Fue el azar o el destino que encontré por Internet una página con varias Amas de Barcelona. Enseguida sentí curiosidad por Dómina Venus y entré en su web. La primera impresión fue muy buena. Su web es muy completa, actualizada, muy atractiva. Decidí rellenar un formulario y enviarlo.
Al día siguiente, me respondió y así empezó todo. Yo estaba muy nervioso y tenía ese miedo que tenemos ante lo desconocido. Pero una primera charla telefónica me cambió por completo. La mujer que me habló era super agradable, muy cercana, como si nos conociéramos de tiempo.
Acordamos quedar para esta misma semana.
Lo que sigue es como un sueño para mi. Me recibió en la mazmorra. Es un lugar muy discreto, fácil de llegar, en el Eixample. Una mazmorra espaciosa y muy completa con un montón de aparatos y objetos de castigo para todos los niveles de sado. Una perfecta iluminación crea un ambiente ideal para una sesión de bdsm.
Dómina Venus es espectacular. Físicamente es impresionante pero además tiene una voz y un trato super atractivos. Hablamos un rato, sin prisas, y noté como mis nervios se iban calmando.
Tomé una ducha y empezó todo. La ducha fue como un ritual de limpieza, de pureza, de entregarme a mi Ama con el cuerpo limpio para que me moldease a su gusto.
Mis manos cubrían mis genitales aún avergonzado de estar desnudo delante de una auténtica Dómina. Sin darme cuenta, estaba cumpliendo sus órdenes. A cuatro como un perro con collar y cadena caminando siempre detrás suyo paseando por la espaciosa estancia. Pasamos a chupar y lamer sus preciosos pies, sus nalgas, su culo… un tanga de encaje negro impedía el beso negro que imaginé sería algo divino con ella. Pero eso queda para otras sesiones…
La humillación fue constante. Bofetadas, escupitajos, insultos… yo estaba en la gloria pero eso solo era el principio.
Me sentó en la silla de castigo, atado, y se me sentó encima sintiendo todo su maravilloso cuerpo en contacto con el mío pero sin poderlo tocar. Me volvía loco de excitación. Hubo pinzas, bofetadas, insultos… tiene un dominio de los tiempos extraordinario. Alternó momentos de descanso con los de castigo.
Lo mejor vino con el masaje prostático que me llevó a otra dimensión. Yo había perdido por completo el sentido del tiempo y solo quería más… Fue brutal.
Hubo golpes de pala en el culo, vara en los pies, cera caliente…
En definitiva, una sesión muy completa para empezar a trabajar mi cuerpo y explorar mis límites. Al final, la lluvia dorada cubrió mi castigado cuerpo de su divino néctar que se mezcló con mi semen recién eyaculado.
Quizás la próxima vez su lluvia acabe en mi boca…mmm.. quien sabe…
En resumen, el mejor bdsm servido en un local excelente por la mejor de las Amas. Para mí ya no habrá otra Dómina que Venus. Si os gusta el bdsm mi recomendación es máxima. Solo espero poder disfrutar muchos años de sus sesiones.