Por donde empezar….
Antes de tener el enorme privilegio de postrarse ante ella se queda uno maravillado con su dulce voz, y comprende que se encuentra a poco tiempo de tener un encuentro con una Divinidad.
La cosa no pudo ir a mejor.
Desde el primer encuentro parecía que ya nos hubiéramos visto antes. La cercanía que transmite, las ganas desde el primer instante de rendirle pleitesía y devoción, un control de tiempos exquisito, mostrando siempre en el momento adecuado su parte severa, estricta, cariñosa y amable …
Absolutamente ninguna de sus acciones me deja indiferente, desde el más duro de los azotes hasta la más suave de las caricias.
Espero poder seguir sirviéndole por tanto tiempo como sea posible, porque más que un testimonio es una carta de amor y agradecimiento