Testimonio esclavo Marcos

He tenido el placer de servir a Dómina Venus y he sentido total devoción hacía su autoridad.

No dudaré en volver a ponerme a sus pies, pues tan alta es su maestría como imponente su figura: elegante, poderosa y seductora, no hay ningún pero que se le merezca.

Necesito volver a sentir su trasero en mi cara, entomar sus disciplinarios azotes y deleitarme con el elixir de su seno interior.

A su lado todo es profesional, nada ocurre sin consentimiento mutuo y la práctica se traduce en experiencia contrastada.

Exuberante, cercana y perversa, es una elevadísima Dómina en Barcelona.

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